Provocando...

-Oh, oh...problemas.- susurró la Madame al ver entrar a aquel tipo espigado y oscuro. Pareciera como si la mismísima noche se colase en la habitación tras él, en forma de jirones de niebla negra, justo antes de que la Polaca cerrara apresuradamente la puerta.
Ni siquiera la luz roja y azul de los quinqués consiguió arrancar algo de color en aquella tez acartonada y adusta.
-¿Lady Mully de Wranchingan?- dijo apoyándose despacio en la barra.
-Mmmh...hacía muchos años que nadie me llamaba así- susurró escanciándose el quinto Martini de la noche.- ¿Deseaba...?
-Un sorbete de limón muy frío me vendría bien.
-Sorbete no hay, cariño, pero Sor Beatriz podría aplacar su sed; aunque no es precisamente fría...

Y el Cielo y el Infierno se enroscaban a su alrededor en un revuelo de tercipelo negro y carnes blancas.

Y el otro, sin inmutarse:
-Gambita de Antequera falleció en la cárcel de Tinogasta la semana pasada...-dijo haciendo una breve pausa- , no sin antes cantar de plano; bueno, de hecho, cantó dos coplas y un sainete y, ¿lo adivina?, los estribillos siempre hablaban de Demetrio Astudillo Navajas, de la Zocata, de Gustavo Toribio, su ya fallecido padre,- y hasta se pudo oir un ligero crujido de papel cuando las mejillas se contrajeron para esbozar una sonrisa mínima y afilada como un estilete- y de una sucia historia acaecida hace unos quince años, en este mismo local...aunque por aquel entonces el entrañable "Puntillas y Puntazos" tenía otro aspecto- dijo mirando alrededor...