Iluminados

Otra vez vuelvo a tener entre mis manos un libro de esos llamados de Autoayuda, también llamados por otros de Psicología de bolsillo.
Un proverbio muy utilizado en este tipo de literatura es: “El maestro aparece cuando el alumno esta preparado “. De esa forma si cuando acabas el libro no has sido bendecido con la tan nombrada Iluminación, no es que el libro falle si no que no estabas preparado para encontrarte con “El Maestro”
Seguramente sea esto lo que me sucede a mí, aun no estoy preparada para encontrar al dichoso maestro de los cojones que me tiene frita. ¿Claro que…? También puede ser que si haya visto al tío ese y lo que sucede es que no le creo.
Esa Iluminación absoluta más me parece (a parte de un fantástico negocio para el iluminado que escribe el libro) un estado de maravillosa inconsciencia no muy diferente a la tan nombrada “Fe” de la que hablan diversas religiones, a través de sus profetas (iluminados).
Pero que todo esto no os lleve a equívocos, por supuesto que creo en la magia, en lo espiritual, en todo aquello que no se puede ver ni tocar pero que si se puede sentir. Pero no menos que en todo esto creo en lo terrenal, en lo físico, en lo material.
¿A ver si va a ser por esto último que no consigo levitar por más que lo intento? Y es que me pesa mucho el culo.
De todas formas me da en la nariz que lo difícil no es ver la luz, si no como dirían los artistas “mantenerse”.
En todo caso, entre los Iluminados que van por la vida flotando por las alturas y los puramente terrenales, que se pasan la vida arrastraos por los suelos, estamos los “mixtos”. Es decir, los que tan pronto estamos flotando como que nos esmorramos contra el suelo. Pero que no cesamos en el empeño de aprender a andar más de dos o tres pasos seguidos, que cuanto menos, parece menos doloroso que lo de ”ahora levito, ahora me esmorro”.
Si consigo eso de andar, prometo escribir un libro para forrarme. Pero no lo contare todo, así siempre podré escribir muchos más para los que no consigan verme a la primera.