Pollitos V
Guardo pocas fotos. En ésta, mi amigo invisible hacía trastadas (como siempre) sobre el hombro del fotógrafo. Hace mucho que no sé de él ¿qué será de su vida? ¿me reconocería si me viera? Yo a él sí, seguro.
Una extraña imagen para la gente. En mitad de la calle Preciados, un niño grande y con canas sostiene algo sobre sus palmas aparentemente vacías, sonríe y le caen algunas lágrimas, ha recuperado un amigo.
10 Comments:
Gracias, Bestiaparda... Gracias por descubrirnos que detrás del afilador agresivo de navajas que quieres mostrarnos que eres, siges llevando en tu cinturón el machete de plástico con el mango relleno de caramelos. Un beso muy grande.
Hola bestiajo. Lo sabia, lo sabia y lo sabia. Cuando menos te lo esperas (tú, desde luego, porque los demás estamos al loro), sale esa sonrisa y esa mirada de la foto. Todavía queda en tí esa bestiapardita de la foto. ¡Y cómo nos gusta!
Pos qué queréis que os diga...yo, por llevar la contraria, creo que Bestiaparda está absolutamente en su papel: puedo imaginarme perfectamente a su amigo comiéndose los carretes de fotos, las transparencias, metiendo los dedazos llenos de chocolate en los objetivos, tirando las lámparas y moviendo los reflectantes. Y el Bestiaparda, con esa cara de: "Sigue, sigue, no te detengas ahí, muérdele la pierna, ahí te has dejado una bombilla sana, si pasas por detrás ese cable, seguro que se electrocuta...se arrepentirán de haberme puesto este peinado ridículo y esta blusita de nenaza...".
¿QUE NO??
A ver, ¿tu eres Nemo o Bestiaparda 2?
¡Coño, pero mira cómo chirría los dientes! ¡Estaba disfrutando de lo lindo, cuando lo habtual en una sesión fotográfica con niños es que salgan con una cara de mala leche...!
Es verdad lo de la chirriada...vaaale. Pero seguro que todo esas trastadas sólo se te ocurrian a tí... ¡ahora comprendo las lorzas! te comiste al fotografo!
Y ahora que me fijo...tu boca está en la postura del pre-regüeldo
Bonito pueblo de Cáceres...
Nemo, te veo un poco flojo: que yo sepa, Regüeldo siempre ha estado en Sansebastián!...por cierto, con estupendas vistas sobre la mar Cantábrica, por donde cantan y brincan los rapes a su entera voluntad esquivando pescadores de mala baba.
Ahora que ha vuelto, no dejes escapar al invisible. Háblale en tu idioma secreto, envolviéndole con palabras bonitas para que permanezca...
Tal vez algún día podamos verlo los demás...
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