EL ENCUENTRO

La Sra. Naturaleza, ya vetusta pero aun muy atractiva y no menos seductora, al final de un aburrido verano de espera, despliega sus últimos reclamos, sus uvas sabrosas, para atraer al Sr. Otoño, que llega por fin a su encuentro...

...y le susurra deseos secretos al oído hasta ponerla colorada, amarilla, de mil colores.
Ella se estremece mientras él con suaves caricias le despoja de su manto.
Flirtean, juegan, ella acaba por desprenderse totalmente de su vestido, que cae lánguidamente a sus pies.




Extenuada tras el apasionado retozo, cae dormida, feliz porque sabe que el próximo año tendrá otra cita con él.