Un traje de papel... unos zapatos dorados...unas manos dispuestas a arrancarse en cualquier momento y... una mirada que sigue diciendo un montón de cosas preciosas. No cambies núnca.
Ay , por favor que pimpollito precioso!. Pero si es una minilala!Me hubiera encantado coincidir en el parque contigo...pero no importa, ahora estamos todos en el mismo parque. Me encanta que me dejes jugar con tus juguetes, y contarnos cuentos, y pegarnos por el tobogán, y todas esas cosas que hacemos las niñas. Yo te ajunto un montón.
Aquel pichoncito se alimentaba de cosas insospechadas. Se comió el vestido de papel; después,una excursión imaginaria a una imaginaria tienda de campaña.Sin pensárselo dos veces, devoró con ansia media docena de coplas a voz en grito y unos tangos de Gardel. Cayeron otros disfraces, otros sueños, otras estrellas: una pelota de colores, la Noche de las Animas, una coreografía de Cabaret, una abuelita disfrazada de hada buena y las cartas a Teo de un hermano que también devoraba cosas insospechadas... Con la pancita llena, pero nunca satisfecha, aquel pichoncito creció y creció. No se transformó en un cisne- pues nunca fue patito feo-, más bien en una estrella, pequeña y azul, capaz de iluminar y alimentar la vida de otros pichoncitos con sueños,calor, color, melodías,fantasías y sonrisas. Y por ahí sigue, buscando más cosas para llenar su pancita azul...
Esa mirada tan directa...me hace tambalear. ¡Poderío, eso es lo que tiene, mucho poderío! ¿Y qué llevabas mezclado con el pelo de las coletas? Parecen caramelos ¿Era para irlos dando poco a poco a todo el mundo?
4 Comments:
Un traje de papel... unos zapatos dorados...unas manos dispuestas a arrancarse en cualquier momento y... una mirada que sigue diciendo un montón de cosas preciosas.
No cambies núnca.
GRACIAS.
Ay , por favor que pimpollito precioso!. Pero si es una minilala!Me hubiera encantado coincidir en el parque contigo...pero no importa, ahora estamos todos en el mismo parque. Me encanta que me dejes jugar con tus juguetes, y contarnos cuentos, y pegarnos por el tobogán, y todas esas cosas que hacemos las niñas. Yo te ajunto un montón.
Aquel pichoncito se alimentaba de cosas insospechadas. Se comió el vestido de papel; después,una excursión imaginaria a una imaginaria tienda de campaña.Sin pensárselo dos veces, devoró con ansia media docena de coplas a voz en grito y unos tangos de Gardel. Cayeron otros disfraces, otros sueños, otras estrellas: una pelota de colores, la Noche de las Animas, una coreografía de Cabaret, una abuelita disfrazada de hada buena y las cartas a Teo de un hermano que también devoraba cosas insospechadas...
Con la pancita llena, pero nunca satisfecha, aquel pichoncito creció y creció. No se transformó en un cisne- pues nunca fue patito feo-, más bien en una estrella, pequeña y azul, capaz de iluminar y alimentar la vida de otros pichoncitos con sueños,calor, color, melodías,fantasías y sonrisas.
Y por ahí sigue, buscando más cosas para llenar su pancita azul...
Esa mirada tan directa...me hace tambalear. ¡Poderío, eso es lo que tiene, mucho poderío!
¿Y qué llevabas mezclado con el pelo de las coletas? Parecen caramelos ¿Era para irlos dando poco a poco a todo el mundo?
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