Tac Tac... ¿Dan su permiso?

A las buenas... Ya se sabe, más vale tarde... (eso).

Verán ustedes, buenas personas; algunas cosas te llegan a casa cuando tu no estás. Hace un tiempo cuando esta aventurilla empezó, pues es que yo no estaba. Cosas que tiene la vida, que muchas veces no vamos acompasados.

Púseme hace poco a leer lo que acontecía por El Mal De La Piedra (¿habrá sido por la influencia de algún espíritu maligno que habite últimamente en mi... -perdón- nuestra casita?) Sorprendiome gratamente lo que allí se había cocido durante los años que llevo leídos -como persona desordenada que soy, empecé a leer desde el principio, y todavía me queda por descubrir muchas cosas interesantes (me imagino). Pero no pienso haceros más la pelota.

He de decir que me inquietó la noticia de que recibiría una invitación para participar, y lleva tres días una espectativa rebotando por las paredes de mi cabeza. ¡Gracias a Dios -ya sabéis que es una frase hecha- que no me ha atropellado la neurona que acostumbra a pasear plácidamente por esa inútil cavidad ósea.

En un primer momento se me ocurre que sería mejor empezar a dar citas de páginas, libros, anónimos y pseudónimos, pero... NO. Sé que todos deseamos que este espacio, al igual que una bonita ventana con vistas a estos paisajes que gozamos, sea un bonito lugar para mirar lo que hay al otro lado del monitor, justo un poco más atrás del teclado. INTENTARELO, PROBARELO Y CONSEGUIRELO.

De momento esto es solo para presentarme y deciros que aquí estoy y aquí estaré (¡uff! ya empezamos... ¡como me cuestan los compromisos, joder!)

Ocurrióseme, acordándome de una tarde que leyéndome un borrador escrito por mi, pensé en retomar la historia que pasome hace tiempo por la cabeza. Animome el pensar que si volvía a retomar lo de escribir, podríame ayudarme el pensar en dejar constancia aquí de mis cositas literarias. Veremos.

Besos, abrazos y bailes de salón.