Fidelidad al Emirato

Primera parte: Un día como hoy, pero hace ya tres años, salí- no muy convencido, tengo que reconocerlo- de mi cuevita de la capital para empezar una vida muy distinta. Nuevos olores, nuevos ritmos de vida. Un salón lleno hasta el techo de cajas para desembalar. Cielo abierto. Paseos al atardecer y gente diferente. Un frio de pelotas, pero sin nevada apocalíptica. Silencio. Tambores y paellas gitanas. Aperitivos interminables y unas estaciones del año que sí tienen sentido. Sol. Lluvia. Bañador. Chimenea. Y una colección de "elementos" a cual más peculiar, entrañables como pocos, que han hecho que, a pesar de que todo haya cambiado bastante, me sienta más a gusto de lo que me he sentido en la vida. Gracias.

Segunda parte: Todos, en algún momento o en otro, bien sea por falta de sueño, ganas de provocar, despiste o exceso de Ruavieja, hemos soltado una de esas sentencias memorables que, afortunada o desafortunadamente, permanecen ancladas en nuestra memoria, para escarnio de unos y mofa de otros.

A riesgo de abrir heridas apenas cicatrizadas, éstas son algunas de las tonterías que hemos proclamado a los cuatro vientos y que, por absurdas, chocantes, críticas, surreales y divertidas, me apetecía recopilar y mostrar al mundo.

Y ya de paso, crear un bonito juego de memoria: ¿Les podríais adjudicar a cada frase su propietario legítimo?

• a) Soy simple y homogéneo.
  
• b) En mi casa no entrará nada más que un cuenco de arroz.
  
• c) Soy sumisa.
  
• d) ¡Señora: ha llegado...el escanciador de alitas de pollo!
  
• e) Yo es que con las chanclas por el monte me apaño fatal.
  
• f) ¡¡¡¡Follaaaaar!!!!
  
• g) Yo no voy a tomar nada más que un vaso de agua.
  
• h) ¿Pero qué paaasa, pero qué es éeeesto?
  
• i) Lo hago yo. Pero no me agobies que estoy muy agobiada.
  
• j) A ver si llega ya la Gran Ola y arrasa a toda la Humanidad.
• k) Las anglosajonas son más dulces y más amables que las mujeres de aquí.
  
• l) Sois todas un poco marimachos, ¿no?
  
• ll) ¡Viva la Pirámide!