28 marzo, 2009

electrocardio-rama plano



Lo oía a lo lejos, persistente, continuo. De vez en cuando un golpe seco, luego un silencio; y otra vez el “zumbido”, cada vez más cerca, cada vez más real.

Sospechaba tragedia, pero nada podía hacer para evitar que se acercara más y más. Lo mejor era permanecer quieto, sin mover ni una sola rama; pasar desapercibido.

El estruendo, ya encima.
Vio caer a su vecino de toda la vida, con el mismo golpe seco y con un temblor del suelo que hizo estremecer sus raíces.

Parálisis total.

Inevitable: él en el punto de mira…

Gritos de dolor ahogados por la máquina devastadora.
Lágrimas, virutas.

Horizontalidad.
Osario.
Silencio.

Irreversible.


10 Comments:

Blogger batiscafo said...

Museo del prado. Mezcla de “land art” y “arte magufo”. Descúbrelo. Abierto 24h de lunes a domingo (entrada gratuita).

28 marzo, 2009 12:46  
Blogger nubeblanca said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

30 marzo, 2009 12:54  
Blogger bestiaparda said...

Genial! Me ha encantado. Es rotundo e irreversible como dices. ¿Por qué me duelen tanto los árboles?

30 marzo, 2009 13:05  
Blogger nubeblanca said...

Cuánta razón hay en tu bella y triste poesía; en tu reflexión sobre el impune acto devastador a quienes con su silencio y tranquilidad nos habían acompañado desde que vinimos aquí.
Su falta hace que nos sintamos más solos y sin el cobijo que nos proporcionaban en tantos momentos que pasamos bajo su sombra...Claridad inútil.

30 marzo, 2009 13:09  
Blogger Nemo said...

Especialmente doloroso oyendo y viendo, a diario, como van esquilmando los praos...
Y, ya de paso, corto y pego un extenso comentario que dejé en un blog y que viene, creo, muy al pelo:


"Ocurrió hace tres o cuatro años. Me había ido a pasar algunos días solo a una casita que tiene mi madre alquilada en un pueblecito de la sierra de Gredos. Debía ser finales de Primavera y, a media tarde cogí el coche, subí por la montaña y después continué andando y andando entre bosques de pinos, castaños y robles. Era entre semana y no debía haber nadie en muchos, muchos kilómetros a la redonda.
El atardecer era perfecto, suave y relajante como un baño de agua tibia. Al doblar un recodo del camino apareció ante mí, absolutamente majestuoso, cubierto de musgo y líquen, el castaño más impresionante, retorcido y hermoso que he visto en mi vida. Era imposible abarcar aquel tronco, del que salían unas enormes ramas casi del tamaño de los demás castaños que nos rodeaban...
Me quedé extasiado durante minutos. Después, venciendo la tentación de mirar de reojo por si alguien me observaba, junté las manos...e hice una profunda reverencia, sincera y sentida, delante de aquel ser mitológico y centenario, simplemente por el hecho de que él había visto muchos más amaneceres que yo derramándose sobre el valle, y porque, aunque habitualmente no soy de ese talante, siento que, ante algunas cosas, hay que expresar cierto respeto. "

31 marzo, 2009 12:04  
Blogger Nemo said...

Y gracias a todos, especialmente a Batiscafo, por compartir puntos de vista, miedos, sensibilidades y emociones que me enriquecen día tras día (me ha salido muy "albertiano", pero es tan cierto como que el Sol sale todas las mañanas).

31 marzo, 2009 12:54  
Blogger Nemo said...

¡Mecachis en la mar, pero qué lerdo soy! (perdóname, San Alberto): hablando con Nubeblanca me he enterado de por dónde van realmente los tiros...auténtico "land-art" de primera mano, guerrilla callejera!
Batis, me casaría contigo si no fuera porque me han llegado rumores acerca de extrañas costumbres nocturnas con las que creo no podría convivir.
No obstante, te mando desde aquí un beso gordote, gordote.

31 marzo, 2009 13:50  
Blogger lapalo said...

Eeeeeeeeeeeh, eeeeeeeeeeeh, que no me entero!. Donde?, cuando?, como?

31 marzo, 2009 14:21  
Blogger batiscafo said...

Querido Nube, ¡qué bien que te veo aparecer por el horizonte,después de tan larga sequía!
Querido Nemo: me has dejado emocionada con el relato, especialmente porque me he sentido muy muy identificada; en mi caso, yo no sabía cómo pedirle perdón a ese y a tantos otros "robustos señores" que estaban alrededor. ¡En fin...!
Y cambiando de registro...el espesor de tu masa gris me está empezando a preocupar ¡digo! pero no te preocupes: como le suelo decir a mi Dover "te queremos igual".
Gracias a todos por los comentarios.

31 marzo, 2009 21:44  
Anonymous Anónimo said...

Pues Nemo se casaría con ella si no estuviera casada ya, y si lo que quiere es saber algo de extrañas costumbres... que pregunte, que a lo mejor se le responde. Me encanta.

10 abril, 2009 00:17  

Publicar un comentario

<< Home