Las mentes peculiares
Es una isla mágica donde la verguenza casi no existe, donde la incoherencia puede ser norma (casi ley), donde piensas, divagas y expresas esas cosas absurdas, inocentes y normalmente divetidas que se arraigan en las zonas de tu cerebro en las que quedan aún vestigios de tu infancia o en esos estados de conciencia modificados por el sueño, la Mahou, o simplemente las radiaciones del granito. Es "casa", como cuando jugábamos a "polis y cacos", un lugar al que cuando llegas ya no te pillan los malos.
Me gusta pensar que es ese lugar, donde de nanos, nos reuníamos con los amiguetes. "Quedamos en el círculo de piedra"... uff, era toda una declaración de intenciones, el preludio a una tarde mágica de secretos, confidencias, imaginación sin límites y sobre todo independencia absoluta con respecto al resto del planeta (¿qué planeta?, no existía nada más).
Este lugar, a medio camino del sueño y la vigilia, es sobre todo un lugar sin pretensiones, sin demostraciones y prefiero pensar que sin juicios, donde te sientes seguro, donde no se te juzga porque todo vale, aunque sea temporalmente (sólo aquí y ahora, después que los dioses decidan).
Hay más sitios como éste, muchos supongo. El otro día encontré uno que me resultó extrañamente familiar. Me trajo recuerdos de una forma de pensar que todos teníamos de niños y despues casi olvidamos (casi...). Se llama "Yo y mi garrote", el blog de Xavi L, esquizofrénico, habitante de un hospital psiquiátrico que actualmente es su "planeta". Inocente cuando quiere, divertidamente malicioso casi siempre y tierno casi sin poder evitarlo. Merece la pena una visita, yo lo hago casi a diario.
A veces ese "planeta" me recuerda a éste. Sus habitantes no son tan distintos a lo que veo cada día en "El Prao", ni sus conversaciones tan diferentes. A él no le dejan salir porque mató a su padre, a alguno de nosotros aún no nos han pillado, al menos hasta que levanten las piedras del Prao. Por eso estamos en contra de que lo urbanicen, lo disfrazamos de actitud ecologista, pero todos sabemos lo que hay... jur, jur.