Ya sabéis que me encanta conoceos de una forma distinta. Ahí va la propuesta: transcribir algún fragmento de libro que os hayáis leído y que sea especial para vosotros, que haya significado algo en vuestras vidas o que, por lo que sea, le tengáis mucho cariñito...
A mí me encanta este cuentecito de Terry Jones, del libro Los Goblins del Laberinto (de hecho, me parece el Protocuento, incluido el final, con mensaje pero sin moralina petarda):
"Böegiböe caminaba por las Altas Colinas. En una mano llevaba el bastón y en la otra no llevaba nada.
-¿Dónde vas tan deprisa y tan extraviado, Böegiböe?- le preguntó Aksark, la Bruja.
- Voy a llenar mi otra mano- respondió Böegiböe.
- Yo te diré dónde puedes hallar flores de hinojo y de sauce, nomeolvides y azucenas, plantas que te sentarán bien, que te harán dormir, plantas que te quitarán preocupaciones. Con ellas llenarás tu otra mano.
-No- dijo Böegiböe-. Esto no es suficientemente bueno para mí.
Y siguió andando.
Poco después llegó al Gran Golfo Lúgubre, y a la orilla se encontró con Lod, el Prestidigitador.
-¡Böegiböe!- le gritó Lod el Prestidigitador-. ¿Dónde vas tan deprisa y tan extraviado?
-Voy a llenar mi otra mano- contestó Böegiböe.
-Quédate conmigo- dijo Lod el Prestidigitador- y te daré dados y cartas, conejos que desaparecen y serpientes encantadas, pañuelos que se multiplican y aros amaestrados: ¡con ellos llenarás tu otra mano!
-No- dijo Böegiböe-. Eso no es suficientemente bueno para mí.
Y siguió caminando.
Poco después llegó a la fortaleza goblin que está junto al espléndido lago rojo. Y allí se encontró con Haza, la joven gorda, que tiene que ser transportada siempre por su criado.
-¡Böegiböe!- gritó Haza-. ¿Dónde vas tan deprisa y tan extraviado?
-Voy a llenar mi otra mano- respondió Böegiböe.
-¡Quédate conmigo!- le propuso Haza- y yo te daré rubíes y riquezas, oro y plata, perlas y amatistas, placeres y dinero...Con ellos llenarás tu otra mano.
-No- dijo Böegiböe-. Eso no es suficientemente bueno para mí.
Y se dio la vuelta para seguir su camino, pero entonces escuchó una zambullida seguida por un chapoteo: allí estaba Alger Öt debatiéndose en el foso del castillo.
-¡Socorro!- gritó Alger Öt-. ¡No sé nadar!
Böegiböe corrió al borde del foso y alargó la mano. Alger Öt la agarró, justo cuando ya iba a sumergirse por tercera vez y Böegiböe, tirando de él, lo salvó. Entonces un enorme gentío se congregó en torno a ellos y dijo a Alger Öt que Laetherlêggs el Alto había sido aplastado por un Amân Pherrüginüs y ahora era Laetherlêggs el Bajo. Después todos aplaudieron y Alger öt chocó la mano de Böegiböe y mientras lo hacía, Böegiböe miró su mano y dijo:
-Esto es suficientemente bueno para mí- y Böegiböe y Alger Öt se hicieron amigos para el resto de su vida.
Ya os había dicho que a los goblins les gustan estas historias insustanciales."